No, no lo hará para jugar con el Rojo sino que, a pedido
de la dirigencia, regresa al club para hablar de su
polémica salida. ¿Qué dirá Román, que hoy no tiene
perspectivas de ir a ningún club? Antes, por la mañana,
practica el equipo: saldría Sánchez Miño.
Que sí, que no, que sí. Y sí, después de la Davis, todos los
flashes estarán con Riquelme. Román vuelve a la Boca y
para dar la cara, para hablar. No como aquella noche en que
pasó por el club casi en secreto, para arreglar su salida legal
cara a cara con Angelici. Esta vez el 10, hoy alejado del
fútbol en serio, con las puertas cerradas en los mercados
importantes, regresa a la sala de conferencias para contar
por qué se fue, por qué aquel 5 de julio tiró la toalla. No se
cruzará con sus compañeros, quienes practican por la
mañana de cara al clásico del domingo contra Independiente.
¿Es el momento ideal para que hable el 10, cuando de una
vez por todas hubo acuerdo para su salida, aunque no haya sido la mejor para Riquelme? Porque la realidad es que
Román sólo está liberado para jugar en el exterior, para
hacerlo en el país cualquier equipo deberá pagar la cláusula
de rescisión, ya que federativamente sigue siendo de Boca.
Vuelve Riquelme pero tranquilo, Gallego, porque no será
contra el Rojo. Vuelve a pedido de los dirigentes, que quieren
cerrar la salida del ídolo tratando de darle claridad al asunto,
de que los hinchas se queden satisfechos con las
explicaciones. Ahora, ¿qué dirá Riquelme? ¿Dirá todo lo que
piensa o se guardará algunas sensaciones? ¿Para vos qué vas a decir?
Por lo pronto, antes de que el 10 haga ruido en el club y sea
la estrella de la tarde, el plantel se entrenará por primera vez en la semana en su totalidad con la vuelta de los
seleccionados y habrá fútbol. Ahí parará los 11 y
seguramente se disipará la duda. ¿Afuera Sánchez Miño? Es
lo que parece, ya que los 11 serían: Ustari; Albín, Schiavi,
Burdisso, Clemente; Ledesma, Somoza, Erviti; Chávez; Silva y Viatri.
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